Hay nombres en la industria de la moda que no necesitan presentación, y Edward Enninful es, sin duda, uno de ellos. El hombre que transformó la edición de moda, que llenó las portadas de Vogue UK de diversidad, propósito y una elegancia radicalmente moderna, ha sido durante años el oráculo, el curador, el ojo que todo lo ve. Pero, ¿qué pasa cuando el curador decide crear? La respuesta llega en forma de una de las colaboraciones más esperadas del año: EE72 x Moncler, su debut oficial como diseñador.

Tras su emotiva salida de Vogue, Enninful no se ha tomado un respiro. En su lugar, ha canalizado su inmensa energía creativa en su nueva empresa multimedia, EE72, y esta colección con el gigante del outerwear de lujo es su primera gran declaración de intenciones. Y es una declaración potente. Lejos de ser un simple ejercicio de merchandising, la cápsula es una extensión de su propio y reverenciado estilo personal. Piensa en la sastrería impecable, las siluetas que imponen respeto y una paleta de colores monocromática que es pura sofisticación. Enninful ha tomado el ADN técnico de Moncler y lo ha filtrado a través de su lente editorial, creando lo que él llama "ropa emotiva para el frío".

El resultado es una colección que redefine el concepto de ropa de invierno. Aquí, las prendas de abrigo no son solo funcionales, sino esculturales. Vemos gabardinas de siluetas amplias que caen con la majestuosidad de un abrigo de noche, texturas ricas que invitan al tacto y un juego de capas que parece sacado de una de sus legendarias editoriales. La influencia de su icónico uniforme –el traje negro– es palpable, pero traducido a un lenguaje de prendas de exterior que se sienten tan apropiadas para una expedición urbana como para una gala. Es la fusión perfecta entre la funcionalidad alpina de Moncler y el glamour cosmopolita que Enninful ha perfeccionado a lo largo de su carrera en i-D, W Magazine y, por supuesto, Vogue.

Para dar vida a esta visión, Enninful reclutó al fotógrafo Tyler Mitchell, una elección nada casual. Mitchell, quien hizo historia como el primer fotógrafo negro en firmar una portada de Vogue America (fotografiando a Beyoncé, nada menos), comparte con Enninful una sensibilidad para capturar la belleza natural y la dignidad del sujeto. Las imágenes de la campaña son un mundo de ensueño, surrealistas y poéticas, que elevan la colección más allá de la mera ropa para convertirla en una forma de arte. Es la sinergia perfecta entre dos visionarios que han contribuido a cambiar la narrativa visual de la moda.

Esta colaboración es más que una simple línea de ropa; es un manifiesto. Es la prueba de que, tras años de dar forma a las carreras de otros, Edward Enninful tiene su propia y poderosa voz como diseñador. En un momento en que la línea entre curador y creador es cada vez más difusa, él demuestra que la verdadera autoridad viene de una visión clara y un gusto impecable. El rey ha dejado su trono editorial, pero solo para construir un nuevo imperio, uno diseñado, literalmente, por él mismo.